En los últimos días me ha dado por repasar algunos datos que
tienen que ver con la economía canaria. He intentado buscar motivos para la esperanza a medio y largo plazo. Me
he querido convencer de que hay trazas de que la situación va a mejorar. Pero
no nos engañemos. Mi plan ha sido un fracaso.
Partamos de la base de que no soy especialista en economía:
solo soy periodista. Me he limitado a mirar un buen número de tablas y a poner
éstas en relación con el actual contexto político y social. Y sobre todo con el
escenario que se presenta en los próximos meses en España y en Europa. El
resultado no es muy novedoso, pero puede que ayude al lector a entender algo
más qué pasa con Canarias.
Vamos allá.
Hace ya cuatro años que empezó la crisis económica.
Concretamente lo hizo (a nivel mundial) en el año 2008. Podría desgranar los
motivos por los que colapsa el sistema. Pero como no es objeto de este post,
les remitiré a este
vídeo de un fenomenal
dibujante y animador catalán que ha resumido el estallido de la burbuja
española de una forma inmejorable y divertida.
**Nota para el lector: no se olvide de regresar luego al blog, por
favor. Queda mucho por contar
Sigamos.
Cuando empieza la crisis económica Paulino Rivero (CC)
llevaba un año como presidente del Gobierno de Canarias. Lo era en virtud de un
pacto con el Partido Popular, motivo por
el que el vicepresidente autonómico era José Manuel Soria (actual ministro de
Industria). Ahora ya no se llevan tan bien como antes, pero lo cierto es que en
el primer momento, el del estallido de la crisis, ambos eran los responsables
de tomar las decisiones pertinentes para capear la tormenta que se les venía
encima.
(Y José Luis Rodríguez Zapatero a nivel nacional. Aunque por
entonces él seguía empeñado en
no querer ver esa tormenta, como reconocería
años después)
Los primeros síntomas claros de debilidad en la economía
canaria aparecen en el último trimestre de 2008. Valga el dato que arrojó
entonces la Encuesta de Población Activa (que registra las personas en edad de
trabajar que carecen de empleo). Las
Islas habían destruido 40.600 puestos de trabajo respecto al mismo período de
2007. Aún así, el dato con el que se cerraba
ese año (2008) no era demasiado malo. Un 21,2 por ciento de paro y un total de 223.000
desempleados.
Digo que no era demasiado malo por simple comparación con la
situación actual: Canarias cerró 2011 con una tasa del 30,93 por ciento y con
341.900 personas en busca de trabajo. Esto, para que nos hagamos una idea,
significa a trazo gordo que una de cada tres personas en edad de trabajar que
vive en el Archipiélago no puede hacerlo. Somos
el segundo territorio europeo con mayor tasa de paro. El primero es
Reunión, un departamento francés de ultramar. Cosas de la distancia, podría
pensar uno.
Otro dato que ayuda a entender el actual panorama es el
relativo a los depósitos realizados en las entidades del Archipiélago por los
residentes isleños. Según datos del Banco de España, éstos ascendían a una
cuantía de 57.893 millones de euros en el tercer trimestre de 2009. Dos años
más tarde se habían esfumado 4.000 millones (esos depósitos bajaron hasta los
53.894 millones de euros).
PRIMERAS REACCIONES
En 2009, y ante el oscuro futuro que se planteaba para
Canarias, se pone en marcha el primer
Pacto Social por la Economía y el Empleo.
Su impulsor fue Paulino Rivero. Quizá haya quien recuerde cómo se promocionó la
firma de aquel documento: fotos, comparecencias multitudinarias, firmas a
varias bandas…El presidente dijo entonces que había que mantener el diálogo y
consenso para generar confianza.
No se olviden de esta última parte, la del “consenso y la
confianza”. Luego nos hará falta.
Ese mismo año también se puso en marcha una de esas
actuaciones que a los periodistas no gusta denominar ‘medida estrella’, con la
que el Gobierno de Canarias aseguró que serían contratadas ¡80.000 personas! en
un plazo de ¡16! meses.
Aquí está lo que
escribieron los periódicos por entonces.
Se trataba de bonificar la cuota de la Seguridad Social para
todos aquellos contratos en los que fuera rescatada una persona que se
encontrara en las listas del paro. Para los que hayan empezado a hacer
cálculos, desde entonces han transcurrido no 16 meses, sino el doble, 32 meses.
A juzgar por los datos que dimos al comienzo del texto, la medida no fue
demasiado efectiva.
QUÉ OCURRE
Canarias padece de una forma tan intensa la crisis por la
debilidad de su modelo productivo, centrado esencialmente en el turismo y la
construcción. Con la restricción del
crédito la mayoría de las obras quebraron, llevándose por delante a miles de
obreros. Lo mismo que en el resto de España pero a lo bestia, si se me permite
la expresión.
Este dato es muy fácil de entender si atendemos a los datos
del paro registrado (no de la EPA) del pasado mes de marzo. De las 283.699
personas censadas en las oficinas de empleo de Canarias, 52.000 procedían del
sector de la construcción y 196.000 del sector servicios.
Con el paso de los años y la falta de incentivos por parte
de los sucesivos ejecutivos autonómicos para la implantación de tejido
industrial en las Islas, asociados por ejemplo a las energías renovables, este
territorio ha ido sumiéndose es una dependencia absoluta del turismo y la
construcción. Lamentablemente con el paso de los años hemos creado un modelo
perverso, en el que confluye una baja educación y una nula diversificación de
la economía.
Por si fuera poco, los años de bonanza de este modelo irreal
en el que España (y Canarias) vivieron durante una década -desde aproximadamente
1996, con medidas como la
liberalización del suelo promulgada por el gobierno
de José María Aznar, entre otras-
provocaron una fuga importante de jóvenes que, llamados por el dinero
fácil, fueron a trabajar a la obra o (también sin estar cualificados) al hotel,
bar o terraza de turno.
Esto provocó una incidencia clara sobre la tasa de abandono
escolar del Archipiélago. Por entender la situación: en 2008 era del 34,1 por ciento. Con la
crisis, y el trabajo de las administraciones (pero sobre todo por la crisis),
este dato se ha atenuado hasta el 30,4 por ciento en 2010. Al mismo tiempo, en
el País Vasco la tasa era del 12,6 por ciento. Es decir, casi tres veces menor.
UN LARGO PEREGRINAR
Llevamos cuatro años de estancamiento de nuestra economía y
nos encontramos ante un escenario más complicado, si cabe. Los recortes del
Gobierno del Partido Popular junto con la falta de empuje de
la economía nacional generarán entre 500.000 y 600.000 nuevos parados. Habrá que ver cuántos de ellos (nosotros, me incluyo) estarán registrados en las
oficinas de empleo de las Islas.
Paralelamente las economías europeas, que en los últimos dos
años daban síntomas de mejoría, parecen estar perdiendo fuerza. Eso
tendrá claramente un impacto sobre Canarias, porque es probable que dejen
de llegar turistas al Archipiélago. 2011
fue uno de los
mejores años de la historia para las Islas. Lo hicieron 12
millones de personas (aunque los empresarios del sector no parecieron darse
cuenta, a juzgar por sus niveles de contratación).
Sin embargo, esta afluencia masiva –auspiciada entre otros
motivos por la crisis de destinos turísticos del norte de África como Túnez o
Egipto- no se producirá este año. A lo que hay que unir que otro de los grandes
estímulos a la llegada de visitantes, las bonificaciones a las tasas
aeroportuarias, han sido eliminadas por el rodillo en el que el Partido Popular
ha convertido los Presupuestos Generales del Estado. Esas bonificaciones hacían
que los precios de los billetes fuera más competitivos.
Y por fin llegamos a la semana que hoy acaba. Paulino Rivero,
junto a su vicepresidente socialista, José Miguel Pérez (
lo que son las cosas) vuelve a convocar a los agentes sociales en la
sede de Presidencia de Gobierno para hablarles de su plan para combatir el
desempleo en Canarias. ¿Cómo lo hará? Adivinen.
¿Y saben cuál será su objetivo?
Pues sí: “Buscar el consenso y generar confianza”.
(La que los canarios ya ni nos planteamos tener, añadiría
yo)